Un análisis profundo sobre los trastornos

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad

También conocido como TDAH

¿Qué es?

Sentirse distraído o inquieto de vez en cuando es normal. A todos nos ha costado prestar atención en una reunión importante, o nos hemos encontrado con las mentes divagando durante una clase. Pero para algunas clases, mantenerse enfocado, escuchar a otros y controlar sus impulsos es una lucha diaria. Esto se llama trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH.

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo* que afecta a casi 4.4% de la población estadounidense, y es el trastorno mental que más comúnmente se diagnostica en los niños. Pero a pesar de ser común y bastante conocido, existen muchas falsas ideas sobre él. A menudo la gente piensa que el TDAH es una condición “menos seria” que no requiere un verdadero tratamiento. Esto no es verdad. Cuando no se trata, el TDAH puede impactar considerablemente cómo una persona funciona en el trabajo, casa, escuela y en ambientes sociales. Se calcula que menos del 20% de las personas con TDAH buscan tratamiento. 

* Para el propósito de este sitio, vamos a agrupar el TDAH bajo las condiciones conductuales porque afecta sustancialmente nuestros comportamientos y habilidad de enfocarnos. Pero por favor tengan en cuenta que la mayoría de los médicos lo consideran un trastorno del neurodesarrollo.

¿Cuáles son los síntomas?

El TDAH en los niños se diagnostica como uno de estos tres tipos: desatención, hiperactivo/impulsivo o tipo combinado. El tipo de desatención, antes llamado TDA, se caracteriza por las dificultades en prestar atención, seguir reglas, terminar trabajo y recordar responsabilidades.

Los síntomas incluyen:

  • Distraerse fácilmente
  • Perder cosas frecuentemente u olvidar tareas diarias
  • Fantasear
  • Tener dificultad para sentarse quieto
  • Tener dificultad para seguir direcciones
  • No terminar tareas

El tipo hiperactivo/impulsivo se caracteriza por comportamientos inquietos e impulsivos como corretear durante actividades sedentarias, interrumpir a otros y tener movimientos nerviosos. Los síntomas incluyen:

  • Dificultades para quedarse callado
  • Dificultades para quedarse quieto
  • Movimientos nerviosos y retorcerse cuando se le pide de estar quieto
  • Hablar excesivamente
  • Tener dificultad para esperar su turno

El tipo combinado es cualquier caso en donde los síntomas tanto del tipo de desatención y el hiperactivo/impulsivo están presentes.

En los adultos, el TDAH podría verse un poco diferente, aunque muchos de los mismos temas están presentes. Los síntomas incluyen:

  • Ser desorganizado
  • Luchar contra una baja autoestima
  • Problemas en el trabajo
  • Frecuentemente aplazar las cosas
  • Tener dificultad para concentrarse en tareas importantes
  • Tardanza crónica
  • Problemas de rabia
  • Estar ansioso o deprimido
  • Dificultad con abuso de sustancias
  • Dificultad con mantener relaciones

¿Cuáles son algunas de las señales de alerta comunes?

Detectar el TDAH puede ser difícil. A menudo la gente descarta las señales de alerta como algo que es parte “quienes son” o “una fase que pasará con la edad”. Pero cuando el TDAH se deja sin tratar, puede tener un gran impacto en los niveles de alegría, confianza en sí mismo, ansiedad y autoestima.

Si eres un padre preocupado sobre el TDAH en tu hijo, recuerda que es común para niños pequeños ser hiperactivos o desatentos. Sin embargo, conforme vayan a la escuela elemental, muchos de estos comportamientos deberían de disminuir. Si permanecen presentes y empiezan a afectar el comportamiento en el aula, amistades con otros niños, su deseo de aprender y escuchar, y cómo actúan en casa, debes considerar hablar con un doctor.

Hablar con los maestros y babysitters puede ayudar a echar luz sobre los comportamientos que no ves. Muchas veces, los padres escucharán que su hijo no está captando importantes matices sociales o que está teniendo dificultades en llevarse bien con otros niños porque parecen ser agresivos o demasiado energéticos.

Si eres un adulto con un amigo que pueda padecer TDAH, las potenciales señales de alerta serán un poco diferentes. Muchos de los síntomas en adultos son sutiles o se pueden disimular como una peculiaridad de su carácter. 

Presta atención a cómo les va en el trabajo, en el hogar o en su vida social. ¿Saltan de trabajo a trabajo? O, ¿les cuesta priorizar y completar sus tareas? En situaciones sociales, ¿les cuesta prestar atención, o sienten la necesidad de interrumpir a las personas? ¿Ignoran o les pesa ocuparse de las responsabilidades estándares de un adulto, como pagar cuentas o ir a citas médicas? ¿Exprimen un deseo de querer hacer bien, pero no se pueden concentrar? Si es así, deberías buscar tiempo para sentarte con ellos y hablar sobre sus síntomas.

¿Qué causa este trastorno?

Las causas exactas del TDAH se desconocen. Los médicos creen que existe un rango de factores que juegan un papel en su desarrollo, incluyendo:

  • Ser predispuesto genéticamente (esto es otros miembros de la familia luchan contra el TDAH)
  • Sufrir una lesión cerebral tras la cual aparecen síntomas
  • Tener un desequilibrio químico en el cerebro que causa síntomas
  • Ingerir toxinas durante la niñez, como el plomo, que pueden impactar el desarrollo
  • Un funcionamiento anormal en los lóbulos frontales y temporales del cerebro

Se cree que las complicaciones durante el embarazo, como beber, fumar o mantener una mala dieta, aumentan el riesgo de TDAH en los niños. No es verdad que el azúcar causa el TDAH, o que remover el azúcar de la dieta de un niño curará su trastorno. 

¿Cómo se trata?

Hay dos métodos principales para tratar el TDAH – medicamentos y psicoterapia. Para niños menores de 6 años, se recomienda la psicoterapia como la primera línea de tratamiento. Para niños mayores de 6 años y adultos, frecuentemente se recomienda una combinación de psicoterapia y medicamentos, se considera que los medicamentos son la opción de tratamiento más eficaces. Asimismo, hay algunas pruebas de que los suplementos dietéticos como los Omega 3 pueden aliviar los síntomas.

Los medicamentos más comunes para tratar el TDAH se llaman estimulantes. Funcionan aumentando la disponibilidad de ciertas químicas cerebrales que ayudan a que el cerebro funcione más efectivamente. Algunos ejemplos incluyen Adderall, Vyvande, Dyanavel, Concerta, Ritalin and Focalin. Algunas personas pueden estar mejor con medicamentos no estimulantes como Strattera, Kapvay y Intuniv.

La psicoterapia es un término amplio que se refiere al rango de enfoques terapéuticos, uno de ellos siendo la terapia conductual. Durante la terapia conductual, un doctor trabaja con un niño y su padre (o padres) para reemplazar hábitos y comportamientos negativos con unos positivos. Los padres juegan un papel activo en ayudar a implementar estos cambios y llevar cuentas del progreso. Puedes aprender más de cómo funciona aquí.

La terapia cognitivo conductual (TCC) puede ser otra opción efectiva. Es similar a la terapia de conducta en que espera replantear los patrones negativos del pensamiento y conducta como unos positivos. Sin embargo, en vez de enfocarse en acciones, es un enfoque basado en el pensamiento que tiene que ver con hablar sobre las emociones y sentimientos.

Las técnicas de modificación de la conducta también pueden ser efectivas. Este enfoque terapéutico busca cambiar los hábitos y comportamientos negativos usando una variedad de métodos como establecer límites, sistemas de consecuencias y recompensas y economías de fichas.

Otro tipo de tratamiento que puede ayudar es la formación de habilidades sociales. Muchas personas con TDAH tienen dificultades para llevarse bien con sus compañeros. El objetivo es de ayudar a los pacientes a mejorar cómo perciben las reacciones de los demás y responder de una manera aceptable socialmente.

Por último, los especialistas educativos pueden ayudar a un niño con TDAH navegar la escuela. Trabajan para inculcarles hábitos productivos de aprendizaje y ayudan a familias a recibir acomodaciones en el aula u otras formas de apoyo.

Es importante recordar que los planes de tratamiento son personalizados. Si estás buscando ayuda, asegúrate de trabajar de uno a uno con un médico para crear un plan que se ajuste a tus necesidades. Solo porque un medicamento o terapia ayuda a otra persona a recuperarse, no quiere decir que será la solución correcta para ti. Nunca te sientas culpable de pedir ayuda, de tomar medicamentos o de ir a terapia. Cuidar de tu salud mental es algo productivo y valiente de hacer. 

¿Cómo puedo ayudar a un ser querido con TDAH?

Puede ser difícil saber cómo reaccionar cuando alguien a quien quieres no está bien. ¿Querrán hablar, o prefieren mantener sus experiencias privadas? ¿Los estarás alejando si tocas el tema?

No hay respuestas sencillas a estas preguntas. Cada persona gestiona su salud mental de forma diferente. Dicho esto, todos queremos sentirnos amados y apoyados. Demostrarle a alguien que estás comprometido en su bienestar puede hacer un mundo de diferencia. He aquí algunas maneras de cómo hacerlo:

  • Edúcate: Infórmate sobre los síntomas, opciones de tratamiento y recomendaciones de vivir sanamente. Trata de comprender por lo que está pasando tu ser querido, así puedes estar preparado para tocar el tema. Esto también hará que seas un valioso recurso a la hora de encontrar un tratamiento.
  • Ofrece ayudarlos: Si tu hijo o amigo está teniendo dificultades para completar una tarea, siéntate con ellos y ayúdalos a mantenerse enfocados. Si sus mentes divagan, intenta ayudarlos a retomar el hilo.
  • No dejes de estar presente: Aún cuando te sientas desilusionado o cansado, busca la manera de dejarle saber a tu ser querido que estás orgulloso de ellos, y que deberían seguir tratando de mejorar. Estos recordatorios pueden parecer insignificantes para ti, pero no lo son para la persona que los recibe.
  • Confirma el diagnóstico: A menudo el TDAH se diagnostica erróneamente, lo cual puede causar complicaciones para los pacientes. Anima a tu ser querido a hacer una prueba psicológica para el TDAH para identificar que el trastorno está presente y aclarar qué tipo padece. Los psicólogos frecuentemente ofrecen pruebas para evaluar problemas con la atención, enfoque, memoria y otras habilidades cognitivas. 

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