Un análisis profundo sobre los trastornos

Trastorno de la personalidad dependiente

Also known as DPD

¿Qué es?

Los trastornos de la personalidad son patrones de comportamiento profundamente arraigados que violan las normas sociales y causan problemas en las relaciones interpersonales. Se dividen en tres categorías: Grupo A, B y C. 

Los trastornos de la personalidad anteriormente se conocían como trastornos del eje II - un grupo de condiciones que impactan el funcionamiento de un persona en relación a los demás. Estos son egosintónicos, lo cual quiere decir que una persona con un trastorno de la personalidad a menudo no cree tener un problema. El trastorno es consistente con su manera de ver el mundo, su percepción de los demás y de sí mismos. Normalmente empieza durante la adolescencia de la persona o en la adultez temprana, y en algunos casos, son menos obvios en la edad mediana. Es común para las personas con un trastorno de la personalidad tener síntomas de otros. 

El trastorno de la personalidad dependiente, (DPD, por sus siglas en inglés), es un trastorno del Grupo C. Éstos se caracterizan por conducta ansiosa y temerosa. Personas con DPD son extremadamente dependientes y necesitadas de la aprobación de los demás. Tienen miedo de estar solos, y utilizan la sumisión para que otras personas cuiden de ellos o tomen decisiones por ellos.

La DPD a menudo ocurre junto con otras condiciones de salud mental incluyendo el trastorno depresivo mayor, trastornos de ansiedad, trastornos de uso de sustancias y otros trastornos de la personalidad como el histriónico y el límite. Se estima que alrededor de 2.5% del poblado estadounidense padece DPD, aunque otros cálculos indican que es más alto. Es un poco más común en las mujeres que en los hombres.

¿Cuáles son los síntomas?

Personas con DPD son emocionalmente sobredependientes de los demás y se esfuerzan mucho por complacerlos. A menudo se ven a sí mismos como inferiores, débiles o incompetentes. Temen ser abandonados o que se les pida hacer cosas por su cuenta, y no se enojan con la gente cuando han sido agraviados. 

Otros síntomas incluyen:

  • Una incapacidad para tomar decisiones, no importa cuán simples o pequeñas sean 
  • Evitar las responsabilidades de los adultos actuando con impotencia 
  • Ser dependiente de la orientación de un familiar, amigo o pareja 
  • Tener un miedo intenso al rechazo o al abandono 
  • Sentirse desamparado cuando las relaciones terminan o seguir adelante muy rápido 
  • Ser demasiado sensible a las críticas 
  • Carecer de confianza en sí mismo y ser autocrítico
  • Evitar los enfrentamientos o desacuerdos con los demás 
  • Luchar para comenzar o terminar las tareas 
  • Tener problemas para estar solo 
  • Estar dispuesto a tolerar el maltrato y el abuso 
  • Poner las necesidades de los demás por encima de las propias
  • Ser generalmente ingenuo 

¿Cuáles son algunas de las señales de alerta comunes?

La DPD se caracteriza por conducta sumisa, una falta de confianza en sí mismo y miedo al abandono. Es por esto, que un ser querido con DPD podría mostrar síntomas visibles en la casa, en el trabajo o en ambientes sociales. Presta atención a sus hábitos sociales y relaciones con los demás. Hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Se niegan a ir a los eventos solos o a pasar tiempo de uno a uno con la gente? 
  • ¿Se asustan cuando se les pide que tomen una decisión o que trabajen en algo? 
  • ¿Dejan que un amigo cercano, un miembro de la familia o una pareja romántica tome todas las decisiones por ellos?
  • ¿Se menosprecian a sí mismos con frecuencia? 
  • ¿Dejan que la gente les grite sin defenderse? 
  • ¿Tienen un círculo social muy pequeño? 
  • ¿Se comportan como si no tuvieran ni idea de lo que hacen para que los demás les ayuden? 
  • ¿Luchan por realizar las tareas cotidianas, como limpiar, hacer recados o facturas? 

Ninguno de estos comportamientos confirman un diagnóstico de DPD, pero sí insinúan uno. Si te sientes cómodo haciéndolo, habla con tu ser querido sobre su comportamiento y por que estás preocupado. Recuerda que los síntomas no siempre son obvios. Personas que están luchando contra las enfermedades mentales crónicas a menudo aprenden a ocultar su dolor de los demás. Es posible aparentar estar bien por fuera, mientras se enfrentan a dificultades mentales en secreto.

¿Qué causa este trastorno?

Se desconocen las causas exactas del DPD. Los médicos creen que un rango de factores juegan un papel en su desarrollo, incluyendo el estar genéticamente predispuesto (por ejemplo, otros miembros de la familia luchan contra el DPD u otros trastornos mentales) haber sido criado por padres autoritarios/sobreprotectores, experimentar ansiedad de separación durante la infancia o haber sido expuesto a una crónica enfermedad física.

¿Cómo se trata?

El método principal de tratamiento para todos los trastornos de la personalidad, incluyendo el DPD, es la psicoterapia (también conocida como la terapia de conversación). La terapia cognitiva conductual (TCC) se recomienda normalmente. Otras opciones incluyen la psicoterapia psicodinámica y terapia de grupo. El objetivo principal de esta terapia es de hacer que el individuo sea más independiente y ayudarles a formar relaciones sanas con las personas en su entorno. Esto se hace mejorando su autoestima y confianza. 

Los medicamentos no se utilizan comúnmente para tratar los trastornos de la personalidad. Sin embargo, dado que la ansiedad es una parte fundamental del DPD, se pueden recomendar antidepresivos como los ISRS o los IRSN, y medicamentos contra la ansiedad (también conocidos como benzodiacepinas). 

Es importante recordar que los planes de tratamiento son personalizados. Si estás buscando ayuda, asegúrate de trabajar de uno a uno con un médico para crear un plan que se ajuste a tus necesidades. Solo porque un medicamento o terapia le ayuda a otra persona recuperarse, no quiere decir que será la solución correcta para ti. Nunca te sientas culpable por pedir ayuda, tomar medicamentos o ir a terapia. Ocuparte de salud mental es algo productivo y valiente.

¿Cómo se trata?

Cuidar de alguien con DPD no es fácil. Ellos pueden ser extremadamente sensibles y demasiado necesitados de tu aprobación. Es importante recordar que sus inseguridades no tienen nada que ver con quien eres o cuánto les importas. 

También puede ser difícil saber cómo apoyarlos. ¿Quieren hablar sobre su comportamiento? ¿Se alejarán de ti si intentas ayudarlos? No hay respuestas fáciles a estas preguntas. Cada persona maneja su salud mental de manera diferente. Dicho esto, todos queremos sentirnos amados y apoyados. Mostrarle a alguien que estás comprometido con su bienestar puede marcar una gran diferencia.

He aquí unas maneras de cómo hacerlo:

  • Edúcate: Lee sobre los síntomas, opciones de tratamiento y recomendaciones para vivir sanamente. Prueba de entender por lo que está pasando tu ser querido y así estar mejor preparado para hablarlo con ellos. Esto hará que seas un recurso valioso a la hora de encontrar un tratamiento.
  • Aboga por el tratamiento: Pedir ayuda puede ser duro. El estigma social a menudo no permite que las personas se abran a los demás sobre sus síntomas. Apoya a tu ser querido ayudándolo a investigar diferentes métodos de tratamiento o médicos en su área. Si gustan, puedes ir a una sesiones con ellos. Recuérdales que no hay nada raro con recibir ayuda, y que estás orgulloso de ellos por seguir adelante. Recuerda que personas con trastorno esquizotípico de la personalidad a menudo son reacios a buscar ayuda.
  • Déjales saber que te importan: Comunícales que los amas y que estás ahí para ellos. Hazles cumplidos cuando se vean bien o hagan algo bien. Personas con DPD a menudo son acomplejados e inseguros. Estos reconocimientos serán reconfortantes.
  • Establece límites: Quieres ser comprensivo de sus síntomas, pero eso no quiere decir que tienes que soportar todo. Establece reglas de lo que tolerarás y lo que no en tu relación. Respeta estos límites y cumple con las consecuencias cuando se rompen.
  • Sé paciente: No te lo tomes personalmente si te atacan de alguna manera, no responden a tus mensajes o si se socializan menos. Ellos están luchando contra algo que es muy difícil superar. Su distancia no tiene nada que ver con quien eres como persona. Sigue estando presente aun cuando sientes que no ayuda. El acto por sí solo les deja saber que tienen personas en sus vidas que se preocupan.

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